El académico del Programa de Formación de Expertos en Prevención de Riesgos de nuestra Universidad, Erik Quappe, afirma que las piscinas son lugares de riesgo, por lo mismo hay que tomar en consideración una serie de precauciones, tanto para los adultos mayores, como los niños, por tratarse de los grupos etarios más vulnerables. Sugiere que se analice la conducta de toda la familia, con el fin de poder alertarlos sobre eventuales peligros. La educación para los más pequeños es clave antes que ingresen al agua a divertirse con sus pares, para combatir el calor.

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El calor del verano es el momento propicio para que muchos niños jueguen en torno a una piscina, lo que puede traducir en que aumenten las cifras de accidentes y asfixias por inmersión. Por lo mismo es importante saber cómo prevenir y qué se debe hacer en el caso que suceda un escenario donde se tenga que aplicar una técnica de rescate.
Sobre el tema, el académico del Programa de Formación de Expertos en Prevención de Riesgo de nuestra Universidad, Erik Quappe, partió explicando que lo más importante tiene que ver con las conductas que tienen las personas.
“Siempre lo que manda en la prevención de accidente es la conducta de los seres humanos, más que las instalaciones físicas y los equipamientos. Por lo mismo es importante la educación que le entregamos a nuestros hijos en las etapas básicas de crecimiento”, indicó.
Respecto a la precaución más importante que se debe tener, el experto mencionó que tiene que ver con no perder de vista a los hijos en las piscinas, cuando estamos hablando de menores de cinco años.
“La gran cantidad de accidente por inmersión tiene que ver con la falta de control de los adultos frente a los niños. Dejarlos solos frente a la piscina sin ningún control, es sentenciarlo a la muerte”, manifestó.
Luego, diferenció que a medida que van aumentando en edad aparecen otro tipo de riesgos, debido a que aprenden a nadar y a flotar, por lo tanto, aumentan los golpes por caídas debido a la actividad que hacen los infantes cerca o dentro de una piscina, lo que puede generar traumas en la cabeza o fracturas en alguna parte del cuerpo.
Condiciones mínimas
En cuanto a las condiciones mínimas que debe tener una piscina, Quappe señaló que tiene que ver con la infraestructura que estas tienen, partiendo por la superficie de desplazamiento que debe poseer, ya que deben ser siempre antideslizante, usando baldosas anti resbalante o tener recubrimientos con estas características que se deben instalar en los bordes de estas.
“También, en las piscinas públicas debe existir un salvavidas para que esté atento a situaciones de riesgos con conocimiento de rescate y primeros auxilios. A eso hay que sumarle el tema de la calidad de las aguas de las coloraciones y la no presencia de microorganismos que son exigencia de la norma chilena”, agregó.
Medidas ante una emergencia
Luego, explicó qué se debe hacer ante una emergencia, al decir que “todas las personas debieran saber las normas básicas de primeros auxilios, para así poder acudir al rescate de la persona que lo necesita y evitar que se muera”.
“Si la persona cayó al agua y se produjo un paro respiratorio, lo primero que se debe hacer es inclinar de lado a esa persona para sacar el agua y luego aplicar respiración boca a boca. Si la persona no se recupera lo que hay que aplicar es masaje cardiacos por medio de la resucitación cardiopulmonar (RCP)”, puntualizó.
Ahora, en el escenario que la persona sufrió una contusión, pierde el conocimiento y sufre una pérdida de sangre, se debe aplicar una técnica de control de hemorragia, dijo el académico del Programa de Formación de Expertos en Prevención de Riesgo de nuestra Casa de Estudios.
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